Trastorno dismórfico corporal

dismorfia corporal

Especialistas en dismorfia corporal

¿Qué es la dismorfia corporal?

El trastorno dismórfico corporal es una enfermedad mental que se incluye dentro de los trastornos obsesivo-compulsivos y se caracteriza por una obsesión compulsiva por la propia imagen de cada uno.

Alrededor del 2-3% de la población sufre esta patología que impide al paciente verse en el espejo realmente como es. Los primeros síntomas de la dismorfia suelen aparecer en la adolescencia (entre los 16 y los 19 años se inician el 90% de los casos).

La persona que tiene un trastorno dismórfico corporal se enfoca intensamente en tu apariencia e imagen corporal, no puede dejar de pensar en uno o más defectos percibidos en su apariencia. El defecto percibido y los comportamientos repetitivos causan un sufrimiento emocional significativo, y repercuten en su capacidad para desenvolverse en la vida diaria, desarrollando hábitos que afectan negativamente a su calidad de vida.

¿Cuáles son las causas?

  • Antecedentes familiares del trastorno.
  • La cultura de la imagen: abundan los mensajes publicitarios llenos de imágenes que expresan el deber de tener un cuerpo perfecto, además, las redes sociales nos obligan a estar más pendientes de lo habitual de nuestra apariencia física, convirtiéndose en factores de riesgo que desencadenen la aparición de este tipo de enfermedades.
  • Evaluaciones o experiencias negativas sobre el cuerpo o la imagen de uno mismo (haber sufrido bullying, abusonegligencia o maltrato).
  • Baja autoestima.
  • Miedo a estar solo: la preocupación de no tener amigos o pareja puede derivar en que un individuo desarrolle el trastorno dismórfico corporal.
  • Ser demasiado exigente y duro consigo mismo.
  • Una función cerebral anormal o niveles anormales de la sustancia química cerebral llamada serotonina.

¿Cuáles son los síntomas?

El trastorno dismórfico corporal a menudo se asocia con la ansiedad, los trastornos del estado de ánimo (como la depresión), los trastornos alimenticios, el trastorno obsesivo-compulsivo y con el abuso de sustancias.

Los signos y síntomas del trastorno dismórfico corporal que pueden sentir las personas con este trastorno son:

  • Comparar constantemente su aspecto físico con el de los demás.
  • Creencia firme de ser feo o incluso de estar deformado.
  • Comportamientos repetitivos tales como mirarse mucho al espejo, cambiarse muchas veces de ropa antes de salir, buscar información en internet sobre cómo remediar el “defecto” o comparar su aspecto con el de otros u otras.
  • Creer que otras personas ponen especial atención en su apariencia de una manera negativa, le juzgan o se burlan de su apariencia.
  • Buscar siempre la aprobación de tu apariencia por parte de los demás.
  • Utilizar gran variedad de productos de belleza, cremas, maquillajes, etc.
  • Tendencia a peregrinar por médicos especialistas como cirujanos, dermatólogos… para buscar una solución al “defecto” o a la “imperfección”.
  • Incrementar la actividad física y nunca es suficiente.
  • Aislamiento social: auto-retraimiento en el contacto con otras personas.
  • Preocupación excesiva por una parte específica del cuerpo. Entre las características más comunes con las que la gente suele obsesionarse se incluyen los siguientes:
    • Rostro, como la nariz, cutis, arrugas, acné y otras imperfecciones.
    • Cabello, como apariencia, debilitamiento y calvicie.
    • Apariencia de la piel y las venas.
    • Tamaño de las mamas.
    • Tamaño y tono muscular.
    • Genitales.

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Vigorexia o dismorfia muscular

Es una variante del trastorno dismórfico que se presenta casi exclusivamente en los hombres. Se caracteriza por la preocupación excesiva de que la constitución del cuerpo sea demasiado pequeña o no sea lo suficientemente musculosa.

Las personas que padecen vigorexia se caracterizan por la obsesión por obtener un cuerpo hipermusculado, lo que conduce a estas personas a mantener constantes rituales (dedicar horas a los ejercicios de musculación, pesarse continuamente, llevar una dieta muy estricta y restrictiva o consumir hormonas, anabolizantes o esteroides para aumentar la masa muscular).

Hacer todo lo posible por ocultar los defectos percibidos, con el estilo, el maquillaje, la ropa o buscar procedimientos estéticos con poca satisfacción.

¿Cómo se trata la dismorfia corporal?

El tratamiento de la dismorfia consiste en una combinación la terapia cognitiva conductual con farmacología.

Tratamiento farmacológico con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) que palian o minimizan el malestar, la tristeza, el llanto espontáneo o el no querer salir de la cama”. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina parecen ser más eficaces para el trastorno dismórfico corporal que otros antidepresivos, y pueden ayudar a controlar los pensamientos negativos y las conductas repetitivas.

Tratamiento psicológico basado en la orientación Terapia cognitivo-conductual centrada en:

  • Ayudar a aprender cómo los pensamientos negativos, las reacciones emocionales y las conductas mantienen el problema a través del tiempo.
  • Ayudarle a cambiar y desafiar sus pensamientos negativos automáticos sobre la imagen corporal y aprender maneras más flexibles de pensar.
  • Exponer al paciente a aquello que le provoca ansiedad aportándole técnicas para poder controlar la ansiedad y los sentimientos negativos.
  • Aprender maneras alternativas de manejar los impulsos o los rituales

También existen otras orientaciones de corte psicológico o psicoanalítico que lo que hacen es profundizar en las raíces, en los problemas que suscitaron en el pasado este tipo de malestares en el presente.

¿Cuándo consultar a un especialista?

Las personas que padecen un trastorno dismórfico corporal están seguras de que su problema es físico y no tiene nada que ver con su salud psicológica, por lo cual la vergüenza y la pena por su aspecto puede hacerle buscar el mejor tratamiento ortodoncista, dermatológico, cosmetológico o de cirugía plástica, pero al no ses conscientes de que es un problema mental pocas personas visitan la consulta de un psicólogo o psiquiatra.

El trastorno dismórfico corporal no mejora por sí solo. Si no se trata, es posible que empeore con el tiempo y provoque ansiedad, facturas médicas extensas, depresión grave e incluso pensamientos y conductas suicidas.

Si tienes algún signo o síntoma, busca atención médica o a un profesional de salud mental. El experto que trata este trastorno es el psicólogo especialista que se encarga de detectar, evaluar, diagnosticar e intervenir.

 

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