La mentira es un recurso que usamos las personas desde pequeñas y durante la edad adulta, suele ser una estrategia para eludir la realidad y por consiguiente, la responsabilidad de afrontar las consecuencias de determinados actos o situaciones, pero cuando esta se usa de forma habitual es cuando se convierte en patológica.
¿Qué diferencia una mentira patológica de una mentira normal?
Las mentiras no patológicas, o mentiras blancas son aquellas que tienen un carácter inofensivo y simplemente están destinadas a salvaguardar los sentimientos propios y ajenos. Por ejemplo, decirle a otra persona que realmente sí le queda bien una prenda de ropa, cuando en realidad, no pensamos que le quede tan bien. Pero usamos la mentira, en este caso para no dañar a la otra persona o para afianzar nuestra relación.
A diferencia de la mentira común, la mitomanía se origina en motivaciones patológicas y mecanismos psicopatológicos. Las personas que padecen este trastorno psicológico pasan mintiendo constantemente sobre su vida para obtener atención, aprobación o aceptación de los demás incluso a veces sin algún fin aparente, por compulsión.
Si bien es cierto que de vez en cuando todos decimos alguna que otra mentira, nos diferenciamos de los mitómanos en que estos mienten en su día a día de forma reiterada, convirtiendo a la mentira en su mecanismo de afrontamiento ya que en la base de la mentira patológica se esconde una baja autoestima y también suelen carecer de habilidades sociales.
Este comportamiento generalmente está asociado a otros trastornos psicológicos tales como trastornos de personalidad límite, histriónico o narcisista; trastornos psicóticos, entre otros.
¿Cuáles son los síntomas de la mitomanía?
Algunos de los síntomas de este trastorno psicológico son:
- Comodidad con la mentira.
- Suelen ser personas narcisistas, su discurso gira en torno a ellos, quedando como héroes o como víctimas.
- El discurso suele ser interesante, muy exagerado y emocionante, buscando con ello la admiración del resto.
- Habilidades sociales pobres.
- Bajo control de impulsos al mentir.
- Pensamientos distorsionados que le animan a mentir.
- Dificultades para afrontar ciertas situaciones.
- Bajo autoconcepto.
- Estrés y ansiedad.
- Satisfacción cuando no les pillan la mentira (lo cual refuerza ese círculo adictivo).
¿Cuál es el tratamiento para la mitomanía?
Antes de iniciar un tratamiento, es fundamental acertar con un buen diagnóstico, ya que como he comentado anteriormente, la mitomanía puede estar asociada a otro trastorno, por lo tanto, acertar con el diagnóstico es clave para tratar el síntoma.
El tratamiento para las personas con mitomanía se centra en trabajar con la base del problema y el objetivo es reeducar la percepción de la realidad del paciente, intentando conseguir con ello la ruptura de ese ciclo adictivo
La terapia pasa por fortalecer la autoestima, mejorar las habilidades sociales y de resolución de conflictos.
Tratar la mitomanía requiere de la ayuda de un profesional, del compromiso del paciente y del apoyo del entorno social.