Tu problema tiene un nombre: procrastinación, que es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.
¿Que nos puede suceder si tendemos a dejar todo para más tarde? Según un estudio del profesor de Psicología Timothy Pychyl, de la universidad de Carleton (Canadá), este tipo de conductas puede llevarnos a presentar sentimientos de culpa, vergüenza o ansiedad.
Os dejamos varios consejos para combatirla:
- Evitar los argumentos auto-permisivos
Por ejemplo: »No pasa nada porque me retrase unos días»
- Comunicar lo que vas a hacer
Si se lo dices a alguien te comprometes más a realizar esa actividad.
- Date a ti mismo un premio cuando hagas algo en el momento que debes hacerlo.
Por ejemplo, estudiar y al acabar un tema comer algo que te guste o ver un capítulo de corta duración de alguna serie.
- Cambiar «Tengo que» a «Quiero hacer».
Un cambio sutil en la perspectiva puede ser solo el empujón que la psique necesita para moverse. Intenta cambiar la frase de: «Tengo que hacer esto» por «Quiero hacer esto».
Entonces, por ejemplo, «Tengo que limpiar la habitación», se convierte en «Quiero hacer que este desorden desaparezca».
- Usa la tecnología para luchar contra la tecnología.
El uso de las redes sociales o las aplicaciones móviles generan una gran fuente de distracción. Pero la perdición también puede ser un benefactor.
Puedes utilizar aplicaciones como Antisocial: »está diseñada para ayudarte a comprender cuál sería un “uso normal del móvil”, y para brindarte herramientas como administrar, bloquear y controlar el uso de tu teléfono móvil, con el fin de que te puedas desconectar, minimizar las distracciones y concentrarte en las cosas importantes».
También puedes configurar una alarma periódica, por ejemplo, cada 15 minutos, en tu dispositivo (o incluso un temporizador de cocina antiguo) para volver a centrar tu atención mientras dure tu tarea.
- Utilizar la técnica de los 5 minutos
Ciertos estudios comprobaron que si estas durante 5 minutos haciendo una tarea, tu cerebro genera una ansiedad por tenerla que terminar; Es decir, si estás ese tiempo concentrado en el trabajo conseguirás que tu psique quiera acabarlo.
Por ejemplo, planchar: empiezas por solo 5 minutos, pero sentirás que transcurrido este tiempo tienes la necesidad de terminar la tarea.
Si dices las siguientes frases, por ejemplo: »Solo limpiare durante 5 minutos», o »solo haré el trabajo para clase por solo 5 minutos», frenas la entrada a pensamientos como »me va a llevar mucho tiempo», »ahora estoy cansado para acabarlo». Lo que va a ocurrir a continuación, es que una vez superada esa pequeña marca, comenzarás a involucrarte más en la tarea casi inconscientemente, dándote cuenta de que no era tan complicado como pensabas.
- Cambia tu estado de ánimo poniéndote a ello, no posponiéndolo.
En algunos estudios se ha descubierto que algunas personas posponen sus tareas no necesariamente por evitar una tarea difícil o complicada, sino también para evitar los sentimientos desagradables relacionados con dicha tarea.
La procrastinación puede ofrecer un alivio del estado de ánimo a corto plazo, pero lo que realmente pasa es que prolongamos la culpa y el estrés. En cambio, paradójicamente, lo que probablemente nos haga sentir mejor es hacer la tarea que estamos evitando.
Por eso, cuando te sientas tentado a mejorar tu estado de ánimo demorando el proceso, primero ten en cuenta que la procastinación es un impulso falso y fugaz, en cambio, piensa que te sentirás aliviado de comenzar y satisfecho de que estás haciendo algo.
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