Como padres, siempre estamos atentos al bienestar de nuestros hijos. Sin embargo, en ocasiones, puede surgir la preocupación de si nuestros hijos podrían necesitar apoyo adicional en su salud mental. Reconocer las señales que indican la necesidad de buscar la ayuda de un psicólogo puede marcar la diferencia en su desarrollo y bienestar emocional.
¿Cuáles son las señales de alarma?
Hay señales de alarma que pueden llevarnos a sospechar que existe algún problema que deba ser atendido por un profesional de la psicología, estas son algunas:
1. Cambios significativos en el comportamiento
Si notas que tu hijo ha experimentado cambios drásticos en su comportamiento como:
- Aislamiento.
- Agresividad verbal o física.
- Ira excesiva.
- Rabietas.
- Desobediencia.
- Conductas descontroladas o desafiantes.
- Problemas para asumir las normas o limites.
2. Dificultades en el rendimiento escolar
- El desempeño académico de tu hijo ha disminuido notablemente.
- Muestra falta de interés en la escuela,
- Dificultades de concentración
- Problemas en las relaciones con sus compañeros
- Inatención, hiperactividad, impulsividad
3. Problemas emocionales o de salud mental
Los niños también pueden enfrentar problemas emocionales similares a los adultos:
- Miedos intensos.
- Fobias.
- Obsesiones.
- Cambios de humor extremos.
- Baja autoestima.
- Tristeza persistente.
- Ansiedad excesiva o irritabilidad.
- Si manifiesta culpa o celos constantemente.
- Trastornos del sueño persistentes.
- Comportamientos regresivos.
- Somatización.
4. Autolesiones
- Si tiene un comportamiento distante o evasivo.
- Dejar de participar en actividades que anteriormente se disfrutaban.
- Aislarse de la familia y los amigos.
- Si no quiere mostrar los brazos o las piernas.
- Si presenta cortes o encontramos escondidos objetos punzantes o cortantes.
- Problemas de salud físicos.
- Tener dificultades para relacionarse con los demás.
- Presenta conductas y emociones cambiantes, impulsivas muy intensas.
- Hace referencia a sentimientos de impotencia, desesperanza o soledad, inutilidad.
5. Eventos traumáticos o situaciones estresantes
Hay situaciones que pueden tener un impacto significativo en la salud mental de un niño, como:
- La pérdida de un ser querido.
- Cambios familiares (divorcios, separaciones…).
- Nacimiento de un hermano.
- Hospitalización.
- Mudanza.
- Cambio de colegio.
- Si ha sufrido abuso sexual, maltrato o acoso, Bullying.
6. Dificultades en las relaciones sociales con su grupo de iguales
- Timidez, retraimiento.
- Dificultades para relacionarse con sus compañeros.
- Muestra problemas de conducta en la interacción social .
- Se muestra retraído.
- Le cuesta mantener las amistades.
- Está la mayor parte del tiempo solo y sufre por ello…
- Si tiene vergüenza o se siente al margen de sus iguales.
7. Problemas con la alimentación
- Cambios en el apetito o de hábitos alimentarios.
- Se alteran sus pautas y horarios de sueño y alimentación.
- Pérdida de peso pronunciada y extraña. Obsesión extrema por el peso de otras personas.
- Evita las horas de la comida, el sentarse a la mesa con el resto de la familia.
- Las visitas frecuentes al baño, sobre todo tras las comidas.
- Cambio en la forma de vestir.
- Opiniones extremas sobre las calorías, el peso o las dietas.
- Ejercicio en exceso, o un aumento del que se realizaba de forma habitual.
- Uso de laxantes.
8. Conductas adictivas
Las adicciones son un problema grave que si no se tratan a tiempo generarán problemas de relaciones y personalidad seria y conducen a problemas de salud física y mental. Estos son algunos de las señales que a nivel general nos alertan sobre alguna adicción:
- Cambios de humor bruscos: irritabilidad.
- Incumplimiento de responsabilidades.
- Falta de atención o de memoria.
- Deja de realizar actividades sociales o recreativas que antes sí le gustaban.
- Cambio de amistades o aislamiento.
- Cambio de rutinas como en las horas de sueño y comidas.
- Desarrolla comportamientos violentos o agresivos.
Cuando la adicción tiene que ver con el uso de los dispositivos electrónicos, algunos signos de alarma son:
- El uso que hacen de los dispositivos electrónicos es excesivo
- Pensamientos continuos acerca de la actividad que realiza en Internet.
- Está absorto con los videojuegos, o redes sociales.
- Ansiedad y tensión cuando no se puede utilizar Internet.
- Juega en momentos inadecuados.
- No puede parar de jugar. Se siente intranquilos o irritable si se le interrumpe o no puede jugar.
¿Es necesario llevar a tu hijo al psicólogo si observas estos síntomas?
Ante estos síntomas es importante considerar la posibilidad de que exista una causa subyacente que requiera atención profesional. Un psicólogo especializado en la infancia puede brindarle las herramientas adecuadas para manejar y superar estos desafíos y ayudar a tu hijo a procesar y superar estos eventos de manera saludable.
La detección precoz de determinados trastornos o problemas psicológicos es fundamental , debemos de tener en cuenta que algunos problemas, de no ser abordados a tiempo pueden tener consecuencias muy negativas en su desarrollo y en su bienestar llegando a condicionar muy negativamente su futuro.
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