¿Cómo decirle a tu hijo que va a ir al psicólogo?

Cuando los padres/madres detectan la necesidad de que su hijo/a vaya al psicólogo/a, ya han dado un paso hacia delante como encargados del bienestar de su hijo/a. Sin embargo, surge una duda inherente a toda novedad, que ha de ser clarificada para disminuir el estrés que genera el proceso terapéutico: ¿Cómo le explico a mi hijo/a que va a ir a un psicólogo/a?

En primer lugar, ha de tenerse en cuenta que la capacidad de comprensión del menor está ligada a su madurez evolutiva, esto es: a su edad mental (si tiene algún déficit intelectual, ha de tenerse en cuenta la edad aproximada que se le estima al menor) y la edad cronológica (años).

Las indicaciones a seguir, son las siguientes:

Menor de 6 años: siempre desde la calma, se le explica al menor que acudirá a un lugar donde va a divertirse (así es como se forja la alianza terapéutica con un niño/a durante las primeras sesiones) con una persona muy simpática que está deseando conocerlo/a. Le apetece saber a qué le gusta jugar, quienes son sus amigos/as, qué cosas le gustan y le molestan… Se le especifica que, si después de conocerla, no se ha divertido y no quiere volver, no tiene por qué hacerlo.

Entre 6 y 13 años: la capacidad de entendimiento ha aumentado considerablemente en comparación de las etapas de desarrollo anteriores. Es por esto, que se explicará al niño/a que hay una situación que le hace sentirse triste, enfadado/a, angustiado/a (emoción dependiente de cada caso específico)… y que va a conocer a una persona que sabe cómo ayudarle/a. Es importante ir preparando el terreno, y no transmitir la información uno o dos días antes, puesto que el/la menor ha de procesar la información proporcionada por los padres/madres.

Mayor de 13 años: lo principal es que se hable con sinceridad, se exponga el problema y se resalte que el psicólogo/a es un guía que le/s proporcionará herramientas para mejorar una situación determinada. Ha de hacerse incapié en la confidencialidad, puesto que si el/la adolescente cree que el terapeuta y los padres/madres se aliarán, se negará a acudir a su cita con el profesional. También es importante que se exponga la problemática desde la “positividad”: todas las personas cambiamos, nos transformamos, evolucionamos… en ocasiones, aunque sepamos la causa de nuestro malestar, no sabemos cómo podemos mejorar una situación; el psicólogo/a nos orienta en la resolución del problema y nos brinda nuevas oportunidades. Presentarse a la primera sesión, significa ser valiente y responsabilizarse de su mejoría (en la que todos/as estarán apoyándole/a).

Por otro lado, ha de abordarse el tema con naturalidad; los más pequeños no son conscientes de qué significa ser psicólogo/a, pero los/las adolescentes suelen asociar “terapia= loco/a” (palabra que rechazamos en todas sus aplicaciones), por lo que es probable que generen emociones de: miedo, rechazo, incomodidad… Si los padres/madres abarcan la cuestión desde el nerviosismo y la tensión, fomentarán que un hecho natural, como es pedir ayuda profesional, se convierta en una situación: ambigua, estresante, complicada… El psicólogo/a, al fin y al cabo, es un experto de la conducta, que hizo de su vocación su trabajo: el bienestar de los demás.

Este contenido tiene un objetivo meramente informativo. Si sientes que necesitas ayuda solicita una consulta con un profesional.

Artículo documentado por:

Concepción Cendón Dacosta

Concepción Cendón Dacosta

Concepción Cendón es Directora y fundadora de los centros “Codex Psicología y Codex Formación” con una trayectoria de 20 años de experiencia. Es Licenciada en Psicología, especialista en Psicología Clínica y de la Salud y con formación en Psicología Jurídica (Nº 3026 del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia). Es miembro del Listado Oficial de Peritos psicólogos para la administración de justicia en los ámbitos del derecho civil y penal y también del Equipo de Intervención Psicológica en los casos de Adopción Internacional, del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia. Su pasión y vocación por la psicología le ha llevado a especializarse en diferentes ámbitos como, intervención en crisis, duelo patológico, altas capacidades intelectuales o neuropsicología, y a estar formándose y actualizándose constantemente en diversas teorías y técnicas psicológicas como terapia cognitivo-conductual, terapias de tercera generación y terapia con realidad virtual.

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