Freud estableció que hay unos mecanismos de defensa a procesos psicológicos de carácter inconsciente que el sujeto emplea para defenderse de la angustia suscitada por representaciones insoportables para el yo. Entre esos mecanismos esta la Conversión, definida como: transposición de un conflicto psíquico (inconsciente) y una tentativa de resolución del mismo en un síntomas somáticos, puede ser de carácter motor (por ejemplo, una parálisis) o sensitivo (por ejemplo, anestesias, dolores localizados). Por lo cual, el término conversión hace referencia a la transformación de un malestar psicológico en una alteración física.
Se trata de una afección de origen psicológico que implica experimentar síntomas físicos que no tienen una base orgánica, no se deben a ninguna lesión, ni hay una enfermedad que los permita explicar. El hecho de que no haya una causa orgánica que justifique los síntomas, lleva frecuentemente a que estos pacientes se sientan abandonados y no atendidos.
Cuerpo y mente están conectados en un alto grado, de forma bidireccional, y a veces, nuestro cerebro puede llegar a provocar reacciones a nivel psicológico casi increíbles…La salud mental y salud física están interconectadas… Como diría Bessel van der Kolk “el cuerpo lleva la cuenta”.
El trastorno conversivo gira en torno a dos mecanismos que son denominados de “ganancia”, que puede ser de dos tipos:
Ganancia primaria: esta relacionada con las defensas somáticas a las que desarrolla el paciente para mantener fuera de la conciencia el conflicto, esto es, el suceso perturbador. Tiene como finalidad restaurar el equilibrio psicológico redirigiendo la atención hacia los síntomas.
Ganancia secundaria: Los síntomas pueden aparecer en el sujeto que los padece de modo consciente o inconscientemente, con el fin de obtener beneficios interpersonales como, apoyo y atención.
Síntomas más frecuentes del Trastorno de Conversión
Se habla de trastorno conversivo cuando alguno/s de los síntomas , que tienen forma de afección neurológica, están interfiriendo en la conducta del paciente, pero que no se corresponden con ninguna alteración física diagnosticada ni se pueden justificar por ninguna otra enfermedad, por ello, se ha de excluir la posibilidad de que se trate del impacto de una enfermedad neurológica, dado que habitualmente este trastorno toma formas parecidas a la de un trastorno neurológico como la cefalea, la epilepsia o la esclerosis.
Los principales indicadores del trastorno conversivo son:
Síntomas motores:
Falta de coordinación y equilibrio
Parálisis y debilidad muscular localizada
Dificultad en la deglución
Temblor
Afonía
Sensación de nudo en la garganta
Retención urinaria
Convulsiones
Síntomas sensoriales:
Sensación de anestesia
Sordera
Alteraciones en la visión (doble, ceguera, borrosa, visión en túnel)
Pérdida de gusto
Pérdida de olfato
Alucinaciones
¿Cuáles son los criterios para el diagnóstico?
En el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-V mantiene una relación con la disociación. Se trata de un estado en el que se experimentan emociones intensas sin una razón aparente, y la persona puede sentirse como un pasajero en su cuerpo, en lugar de ser el conductor.
En el DSM-V se recogen los criterios para el diagnóstico de los trastornos de conversión:
Uno o más síntomas que afecten el movimiento del cuerpo o los sentidos.
Síntomas que no se puedan explicar mediante una afección neurológica u otra afección médica, u otro trastorno de la salud mental.Los síntomas causan sufrimiento emocional importante o problemas sociales, laborales o en otras áreas, o son tan significativos que se recomienda una evaluación médica
¿Cuáles son las causas de la conversión?
Existen coincidencias en que la conversión sobreviene a menudo tras algún suceso estresante o traumático en la vida de la persona, suceso que comporta una importante carga emocional que se vive de una forma intensa, penosa y que supone un gran malestar psicológico.
Normalmente los síntomas conversivos sobrevienen de forma inconsciente e involuntaria después de un suceso más o menos cercano en el tiempo y potencialmente complejo con importante carga emocional. El factor estrés está muy presente.
El hecho de que la persona esté traumatizada no es simplemente cuestión de permanecer atascado en el pasado, es también un problema de no estar vivo en el presente. Estar vivo significa sentir sensaciones, emociones y comportamientos. Cuando esto no ocurre por alguna experiencia traumática entonces se desvinculan el cuerpo y la mente.
Hay también algunos factores relacionados con la personalidad que facilitan la aparición de la conversión de un modo más frecuente. Estos tipos de personalidades son:
Personalidades histriónicas (normal: que busca la aprobación de los demás, o teatral: melodramático) con marcada tendencia a la sugestión, somatización, egocentrismo, labilidad emocional, superficialidad y/o dependencia.
Personalidad perfeccionista: Las personas que se exigen mucho o que sienten mucha presión pueden experimentar de un trastorno conversivo debido al estrés asociado a ello.
Intervención psicológica en el Trastorno de Conversión.
Una característica muy peculiar que presentan los pacientes con Trastorno de Conversión es, “la poca preocupación que manifiestan por los síntomas que están experimentando”. Esto es, a pesar de lo muy llamativos que pueden ser… el paciente se muestra indiferente a ellos y sin preocupación. Así́, experimenta lo que se llama “belle indiference” (“actitud de calma”)
En algunos casos, al igual que la aparición de los síntomas es de forma espontánea…también es así́ su remisión en unos días, pero en otros casos, el tratamiento del trastorno por conversión, requiere del tratamiento de un profesional de la salud mental y los objetivos a conseguir, generalmente están orientados a:
Tratar las cogniciones disfuncionales
Suprimir o disminuir el origen del estrés.
Reducción de los niveles de ansiedad.
Intervenir sobre los eventos traumáticos que haya vivido el paciente, para así reducir el nivel de tensión.
Trabajar las ganancias secundarias que de modo inconsciente refuerzan la problemática y perpetúan el problema.