Llega el verano, el buen tiempo, las terracitas…. y mantener las rutinas se complica, pero en terapia, como en otras facetas de nuestra vida, es crucial para asegurar el progreso y la continuidad de las intervenciones.
Muchos pacientes al llegar el verano deciden posponer la terapia como si el problema o trastorno fuese algo estacional cuando la gran mayoría de los trastornos: ansiedad, depresión, duelo, adiciones, conducta o trastornos de la personalidad no están asociados al trabajo o los estudios.
Nos gustaría aclarar que nuestra intención con este articulo no es trasmitir la idea de perpetuar la asistencia a la terapia psicológica, sino que entendemos el tratamiento psicológico como “el soporte” que ayuda adquirir las estrategias y herramientas que te permitan solucionar problemas y mejorar tu calidad de vida y el bienestar general. Cuando se acude a consulta por primera vez suele ser porque las dificultades o malestar interfieren en el día a día, aspecto que va mejorando cuando la terapia avanza, pero que no queda resuelto hasta que se cumplen los objetivos.
Algunas consecuencias negativas de interrumpir la terapia
La salud mental no es cuestión de períodos o estaciones, es cuestión del día a día, por ello, abandonar las intervenciones pueden tener consecuencias negativas, algunas de ellas pueden ser:
- Frenar o revertir cualquier progreso que se haya producido hasta el momento; siendo más difícil retomar el tratamiento en el futuro.
- Descuidar o restarle importancia a aspectos importantes como el autoconocimiento y el manejo de aquellos rasgos que le desestabilizan, puede hacer que te desajustes de nuevo.
- Dilatar en el tiempo la consecución de los objetivos.
- Aumento de la frustración por el posible estancamiento de los avances.
- Los problemas que te llevaron a buscar ayuda siguen latentes, lo que puede causar que empeores con el tiempo, sino cuentas con el apoyo de un profesional.
- Aunque estas de vacaciones, los síntomas de la depresión, la ansiedad y otros trastornos siguen en activo, pudiendo intensificarse sin el apoyo y las estrategias proporcionadas por la terapia.
Algunos consejos para poder mantener nuestra rutina de intervenciones en el período estival son:
- Prioriza el cuidado de tu bienestar físico y psicológico, con hábitos saludables: buena alimentación, ejercicio regular y descanso.
- Establece un horario regular y adhiérete a él; dedicarnos un tiempo a nosotros mismos, ayudará a crear un hábito y sentirnos mejor.
- Tener objetivos específicos pueden motivarnos a seguir con las intervenciones y medir nuestro progreso.
- Establece pequeñas recompensas para aumentar tu motivación, tras cumplir con tus objetivos propuestos.
- Sigue las pautas intersesiones, aplicando las técnicas y estrategias que aprendes en terapia en tu día a día (generaliza lo que adquieres).
- Si actualmente te encuentras en tratamiento psicológico y no te encuentras en tu residencia habitual, no dudes en consultar acerca de las sesiones online, antes de abandonar o posponer las sesiones, la mejor opción para el avance en el tratamiento es la terapia online. Este verano, desconecta de todo, pero no de tu terapia.