La familia ha sido considerada el principal agente socializador de los niños y las niñas; la educación que brindan los padres a los hijos es importante en el ajuste psicosocial. El contexto familiar puede convertirse, en ciertas circunstancias, en un factor de riesgo o de protección durante la infancia y la adolescencia.
En los seres humanos está la tendencia a crear vínculos afectivos sólidos con personas significativas a través de la vida, para que esto se desarrolle de manera normal, es importante la proximidad entre el niño y sus padres. La experiencia del niño con sus padres cumple un rol importante en la capacidad posterior del niño de establecer vínculos afectivos y la función principal de ellos sería proporcionar al niño una base segura y, desde allí, animarlo a explorar.
En cuanto al desarrollo del niño, influye cómo sea tratado por los padres, especialmente la madre, ya que los primeros vínculos afectivos del niño son de gran importancia para el desarrollo de la personalidad. Los cuidadores primarios deben garantizar el mínimo de estabilidad emocional, que el niño requiere para construir una estructura de confianza.
Tipos de padres ausentes
Los padres ausentes, no es algo que se circunscriba únicamente a familias desestructuradas, estos casos pueden producirse también en hogares aparentemente armoniosos en los que por circunstancias de responsabilidades , trabajo o divorcios los padres no pueden permitirse pasar más tiempo del que les gustaría con sus hijos.
Queremos aclarar que aunque generalmente son de sexo masculino, hay madres que también se vuelven ausentes.
El padre ausente, desaparecido o desconocido. Esta tipología se corresponde, por lo general, a padres que ya sea por inmadurez, inseguridad, o miedo, se desentiende de sus responsabilidades como padre.
El padre que desaparece después la separación o divorcio. Es el que se desentiende completamente de sus hijos, no los ve ni los quiere ver e incluso en algunos casos se niega a pasar la pensión.
Los padres ausentes involuntarios. Son aquellos, padre o madre que por temas laborales permanecer mucho tiempo fuera del hogar y los niños suelen quedar bajo la atención de terceros: abuelos, tías o niñeras.
Padres ausentes a causa de madres absorbentes o vengativas. Es aquel que es apartado por parte de una madre madre absorbente que no permite la participación del otro progenitor.
Consecuencias de padres ausentes en los niños:
Los especialistas de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria advierten de que, aproximadamente, un 15 % de los niños españoles presenta trastornos disociales antes de la mayoría de edad. Esto es debido a que gran parte de ellos no cuenta o no tiene cerca a una figura materna o paterna.
El padre ausente no es sólo el vacío físico de una figura que no tuvieron, en ocasiones, es también alguien que “aún estando” no supo, no pudo o no quiso ejercer su rol. Es una ausencia psicológica capaz de originar en el niño diversas dificultades.
Esta ausencia del rol deja las siguientes consecuencias en los niños:
· Problemas con las relaciones interpersonales.
· Problemas de conducta.
· Problemas emocionales.
· Dificultad para adaptarse a circunstancias adversas.
· Inseguridad.
· Falta de autoestima.
· Dificultad para gestionar su afectividad y sus emociones.
· Problemas en el ámbito académico.
Incapacidad para respetar a figuras adultas o de autoridad
Que trabajar en terapia psicológica
En muchos casos, las heridas que deja un padre ausente pueden ser difíciles de superar por cuenta propia. Si este es tu caso, te aconsejamos asistir con un psicólogo, te proporcionara el apoyo y las herramientas necesarias para aliviar tu sufrimiento, como:
– Desarrollar competencias en las siguientes áreas: emocional, social, cognitiva, moral y desarrollo personal.
– Desarrollar la resilencia, recurso fundamental para superar las condiciones adversas de la vida.
– Ayudar a los niños, niñas y adolescentes a desarrollar factores protectores frente a la adversidad y, particularmente, a la ausencia de los padres.
– Desarrollo de habilidades sociales, para afrontar y superar los sentimientos de ausencia y lograr bienestar. Como un recurso para el desarrollo de competencias en la infancia; encontrando que los niños con comportamiento disruptivo tienen menos habilidades sociales, mostrando así que la práctica de comportamientos sociales, favorece el bienestar, la adaptación y la aceptación de los otros.
– Estrategias de afrontamiento y regulación emocional.
– Ayudar a descubrir los recursos internos y externos con los que cuenta.
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