Los Trastornos alimenticios

¿Qué son los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)?               

A la gente que se encuentra fuera del ámbito sanitario le cuesta entender el complejo mundo de los trastornos mentales, pero si hay una categoría que se lleva la palma son los Trastornos de la Conducta Alimentaria ¿Cómo es posible que una persona cuyo índice de masa corporal indica que corre peligro de muerte se mire al espejo y se vea gorda?, ¿cómo puede el chico mazas del gimnasio decir que está poco musculado? ¿es factible?, ¿qué distorsiona su percepción?

Dentro de la clasificación general contamos con: trastorno por atracón, bulimia nerviosa, anorexia nerviosa, vigorexia (extrema actividad deportiva y miedo a estar excesivamente delgado), megarexia (personas obesas que se miran al espejo y no lo perciben), permarexia (se someten a dietas permanentes por miedo a engordar) y ebriorexia (dejar de comer para compensar las calorías obtenidas luego del consumo de alcohol).

Cuando los expertos nos referimos a “Trastornos de la Conducta Alimentaria” no describimos solamente un intenso deseo por adelgazar, un fuerte rechazo a determinados alimentos o un profundo sentimiento de culpa tras una voraz ingesta hipercalórica… más bien, aludimos a una compleja patología en cuyos cimientos se aposentan: trastornos de personalidad subyacentes, conductas autolesivas, pensamientos rumiativos (obsesivos), distorsiones perceptivas y un largo etc. que conlleva dificultades terapéuticas y consecuencias cruciales en la salud física y psicológica de los pacientes.

 La imagen corporal

Según Gardner (1996), la imagen corporal incluye dos componentes: uno perceptivo, que hace referencia a la estimación del tamaño y apariencia, y otro actitudinal que recoge los sentimientos y actitudes hacia el propio cuerpo.

La imagen corporal es un simbolismo que se va construyendo desde niños/as en base a estos dos componentes, por lo que sufrir humillaciones, vejaciones y rechazo por alejarse del canon de belleza establecido puede interferir dañinamente en el autoconcepto corporal hasta el punto de deformar la percepción real (verse gordo/a cuando se está excesivamente delgado/a). Pese a la creencia popular, estas distorsiones no afectan sólo al peso, sino que un gran número de pacientes se ve afectado también por otro tipo de dismorfofobias (rechazo a sus facciones o partes corporales: dedos, nariz, ojos, etc.).

En cuanto a las investigaciones científicas, los resultados se han centrado en un área cerebral conocida como ínsula, la cual está relacionada con determinadas emociones y es la encargada de detectar el hambre y las sensaciones y percepciones corporales. Este hallazgo es especialmente trascendente, ya que presupone que los pacientes con un trastorno alimenticio pueden tener (en mayor o menor grado) una disfunción en el funcionamiento de esta zona cerebral, cuya importancia es tan significativa que si se lesiona gravemente la persona puede llegar a desconocer las partes de su cuerpo.

Factores que aumentan la vulnerabilidad a padecer un TCA

Es necesario aclarar que existen una serie de factores acumulativos (varias causas en interacción) que aumentan la vulnerabilidad a padecer estos trastornos y acentúan la presión ejercida respecto al aspecto físico:

➢ Mundo laboral: ser obeso/a se asocia a dejadez, despreocupación, pasotismo, etc. mientras que estar delgado/a o en forma se relaciona con responsabilidad, cuidado personal, autoestima… esto suele trasladarse (consciente o inconscientemente) al mundo laboral en el cual una mujer/hombre delgado/a y estéticamente agraciado/a es asociado/a a éxito personal, cuando no tiene por que ser de esa manera. “Ser obeso se sitúa en nuestro inconsciente colectivo como algo negativo debido a la presión de los cánones estéticos preestablecidos y la discriminación que supone no ajustarse a estos” (De Llanos, 1992).

➢ Relaciones sociales: con la pubertad llega el desarrollo físico y sexual, la búsqueda de identidad y el aumento de la importancia del grupo de iguales (amigos/as). En este sentido, la necesidad de aceptación puede suponer un inmenso sufrimiento si la comparación física entre el/la adolescente con los integrantes de su colectivo es motivo de burla y/o surgen sentimientos de inferioridad física.

➢ Relaciones amorosas: un alto porcentaje de pacientes aluden que el punto de partida de su trastorno se remonta al rechazo sufrido por parte de alguien que les atraía. Esta contrariedad fue atribuida a supuestos defectos físicos o a comentarios desagradables recibidos por parte del chico/a a quien pretendían agradar.

➢ Publicidad: la moda es peligrosa desde el momento en el que se publicita la extrema delgadez. Pocas mujeres encajan en el prototipo de fémina hiperdelgada con piernas kilométricas y belleza de revista. Sin embargo, la ropa que venden las principales marcas ayudan a distorsionar esa imagen creando prendas dirigidas a este tipo de cuerpos y publicitándola con modelos que encajan como puzzles.

Lo paradójico es que el canon de belleza preferido por los varones es una mujer con curvas, con cadera ancha (símbolo inconsciente de buena fertilidad), y la de las mujeres una delgadez que alcanza un porcentaje mínimo de población debido a su constitución. Es necesario recalcar que estar delgado/a, rellenito/a, tener más o menos barriga, pierna ancha Vs delgada… da lo mismo mientras se esté sano/a, ¡porque un aspecto enfermizo no es atractivo/a para nadie! Además, la perfección física no existe ni aun habiendo inventado el Photoshop… y una persona segura de sí misma, a gusto con como es, seduce y agrada en mayor medida que un “bellezón” inseguro/a.

Si conoces a alguien en esta situación, no te calles, habla con su familia, ponte en contacto con un adulto y sobre todo transmítele que “vivimos en un mundo superficial, lleno de apariencias, y al final el cuerpo se desvanece y lo que permanece es la personalidad, el alma que enamora” (anónimo).

 Codex Psicología

Psicólogos Vigo y Ourense

Este contenido tiene un objetivo meramente informativo. Si sientes que necesitas ayuda solicita una consulta con un profesional.

Artículo documentado por:

Concepción Cendón Dacosta

Concepción Cendón Dacosta

Concepción Cendón es Directora y fundadora de los centros “Codex Psicología y Codex Formación” con una trayectoria de 20 años de experiencia. Es Licenciada en Psicología, especialista en Psicología Clínica y de la Salud y con formación en Psicología Jurídica (Nº 3026 del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia). Es miembro del Listado Oficial de Peritos psicólogos para la administración de justicia en los ámbitos del derecho civil y penal y también del Equipo de Intervención Psicológica en los casos de Adopción Internacional, del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia. Su pasión y vocación por la psicología le ha llevado a especializarse en diferentes ámbitos como, intervención en crisis, duelo patológico, altas capacidades intelectuales o neuropsicología, y a estar formándose y actualizándose constantemente en diversas teorías y técnicas psicológicas como terapia cognitivo-conductual, terapias de tercera generación y terapia con realidad virtual.

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