Algunas personas se sienten sobrepasadas ante la llegada de las fiestas navideñas. Sin llegar a constituir una fobia, si este malestar se produce cada año, puede generar un gran malestar a nivel psicológico.
“No me gusta la Navidad”, o “me deprime la Navidad”, son frases habituales que repiten muchas personas durante el periodo del año en el que estamos entrando. Pueden responder a un rechazo por el carácter consumista que han adoptado estas fechas, pero en muchas ocasiones corresponden a un sufrimiento producido por el recuerdo de personas queridas que por diversos motivos, en la actualidad no se encuentran presentes.
La comparación con la infancia y el hecho de cerrar otro ciclo anual, pueden invitar a reflexiones sobre la trayectoria personal y familiar que no siempre arrojan resultados satisfactorios. A esto, hay que añadir que menudo, la memoria selectiva lleva a idealizar el pasado.
Por otro lado, el contraste con la aparente felicidad de los otros, puede generar un gran rechazo que se inicia ya con el encendido de las primeras luces en las ciudades y la aparición de los árboles de Navidad.
Como estamos viendo las Navidades pueden resultar un poco estresantes y angustiosas para algunas personas, por lo que la paz, el amor y la armonía pasa completamente a un segundo o incluso a un tercer plano.
Contenidos de este artículo:
Sentimientos característicos del rechazo a la Navidad.
-Enfado, frustración, celos, apatía, tristeza o desánimo
-Gran molestia ante las decoraciones o temáticas propias de estas fechas
-Escaso o nulo interés ante las actividades que impliquen algo relacionado con la temática navideña
-Aislamiento en el hogar durante estas fechas
Consejos para convivir con el malestar en navidades.
- -Hacer un viaje. Cuando el rechazo es muy grande, puede ayudar a no pensar tanto en el tema.
- -Realizar actividades en pareja, familia o amigos como hacer maratones de cine, o tomar el aperitivo.
- -Aumentar el ejercicio físico en el gimnasio, o a poder ser al aire libre. El deporte es un gran aliado para ayudarnos a mejorar el ánimo.
- -No permanecer ociosos. Para ello podemos cocinar nuevas recetas difíciles, aprovechar para pintar una habitación, o restaurar un mueble.
- -Colaborar en alguna campaña de recogida de alimentos o juguetes. Puede favorecer la sensación de que al menos estamos contribuyendo de alguna manera a aportar algo a la sociedad.
- -Trabajar la gestión emocional para confrontar aquellas emociones que los invaden.
- -Pensar que es una época puntual de duración limitada.
- -No dejarnos arrastrar por el consumismo característico de comprar lotería, ropa nueva para estrenar en nochevieja o alimentos con precios muy elevados debido a la alta demanda.
Tres planteamientos diferentes para sobrellevar la Navidad .
Adaptación
Es la opción más habitual ya que muchos tenemos personas cercanas que sí disfrutan de las fiestas. Por ello, independientemente de los motivos no queremos privarlas de esa celebración. Sin dejar de ser uno mismo, se trata de ser respetuoso con aquellos seres queridos a los que sí que les gusta.
Ruptura total con la tradición
Puede conllevar algunas situaciones incómodas (como no acudir a la cena de empresa, negarse a comprar regalos o no asistir a comidas familiares), pero tendremos que asumirlas si estamos decididos defender nuestra oposición a las fiestas navideñas.
Punto intermedio entre ambas posturas
Tal vez sea la solución más práctica. Pese a que la Navidad genera reacciones emocionales que no siempre sabemos manejar adecuadamente, debemos ser coherentes con nosotros mismos, tomando el control de la situación, y vivirla como realmente la queramos vivir pero teniendo en cuenta evitar en estos vidas la soledad .Hay momentos en los que la soledad no es una buena amiga y ese es uno de ellos.