Terapia familiar

Resolución de conflictos en el seno familiar

La familia es un sistema dinámico, del cual forman parte diferentes miembros con diversos valores e ideas. Un conflicto familiar por sí mismo, no tiene porqué resultar negativo, y es inevitable dentro de la convivencia, pero si no se gestiona adecuadamente, puede agravarse, y a largo plazo, es posible que perjudique las dinámicas familiares

La terapia familiar, también conocida como terapia sistémica, aborda los conflictos y enfrentamientos en la familia que producen una tensión excesiva en las relaciones y que sus miembros no saben cómo solucionar y trabaja para fortalecer y capacitar a la familia para que trabaje unida en colaboración, para resolver y afrontar los problemas que surgen entre los individuos o dentro de la propia familia.

En qué consiste la terapia familiar

La terapia familiar es una forma de psicoterapia que se centra en la familia como objeto de intervención. El objetivo es fortalecer y dotar de recursos a la familia para que pueda actuar de forma colaborativa, resolviendo las disputas y conflictos que surjan entre ellos o en el seno de un individuo. La terapia familiar suele ser muy útil para mejorar las relaciones familiares conflictivas.

La terapia familiar sistémica trabaja en las comunicaciones, los límites, los roles y las relaciones de poder y sus efectos en el desarrollo personal de cada miembro, a través de diferentes técnicas como la dramatización, la paradoja o la alianza temporal entre los miembros. La terapia familiar psicodinámica, por su parte, trabaja las relaciones, procesos y dinámicas familiares y el impacto del entorno en el que vive la familia.

Beneficios de la terapia familiar

La terapia familiar es una excelente manera de abordar una gran variedad de problemas. Puede proporcionar un entorno seguro y de apoyo para tener conversaciones difíciles y discutir temas importantes, lo que permite a las familias a encontrar mejores maneras de comunicarse e interactuar entre sí. Esto puede ser especialmente beneficioso cuando se trata de dinámicas familiares difíciles o cuando la familia está atravesando una transición difícil. La terapia familiar estructural, por ejemplo, se compone de tres fases que incluyen la unión y la acomodación, la reestructuración y la generalización.

Casi cualquier problema puede abordarse en terapia familiar: ya sean conflictos interpersonales, problemas de salud mental, preocupaciones financieras, disputas generacionales o problemas de comunicación. El terapeuta trabaja para identificar patrones, dinámicas familiares, así como cualquier problema que pueda estar afectando al funcionamiento de la familia, a la vez que escucha con empatía y valida las experiencias y preocupaciones de todos.

Cuando se utiliza correctamente, la terapia familiar puede ser una herramienta increíblemente poderosa para ayudar a las familias a entenderse y apreciarse mejor, a estar más conectadas y a crear una dinámica más positiva. Las sesiones de terapia familiar pueden ayudar a crear una comprensión más profunda, empatía y compasión por cada miembro de la familia para que puedan entender mejor los sentimientos y deseos de los demás. La investigación muestra que la terapia familiar también puede conducir a un mayor bienestar para todos los miembros de la familia, mejores habilidades para resolver problemas, un desbordamiento de positividad y apoyo en toda la familia, y la mejora de las relaciones entre los miembros de la familia.

Indicadores de problemas familiares 

  • Dificultades de comunicación o de convivencia en la familia.
  • Problemas de conducta en niños y adolescentes.
  • Adicciones o problemas psicológicos de un miembro de la familia que afecta a la armonía en el hogar.
  • Rivalidad o conflictos entre hermanos.
  • Discrepancias educativas entre los padres.
  • Dificultades a la hora de implementar límites, reglas y llegar a acuerdos en la familia.
  • Acontecimientos vitales estresantes, como puede ser un caso de acoso escolar, una enfermedad grave de uno de los miembros o el fallecimiento de un familiar.

Cuándo pedir ayuda

En algunos casos, las familias pueden acudir a terapia con un problema o una demanda muy concretos. Sin embargo, en otros casos, la tensión entre los miembros de la familia se ha entrelazado tanto que no es fácil identificar el motivo central por el que se acude a terapia familiar. Algunos ejemplos pueden ser: 

  • La agresividad y enfrentamientos entre los miembros es cada vez mayor.
  • Separación de la familia extensa.
  • Creación de bandos con diferencias de opinión.
  • Dificultades de comunicación. 
  • Diálogo frío y cargado de reproches.
  • No dirigirse la palabra o hablar mal de otros miembros de la familia
  • Sentimientos de abandono o agravios comparativos.
  • La tensión familiar imposibilita la convivencia. 
  • Uno, o varios miembros no se encuentran satisfechos con el funcionamiento de la dinámica familiar. 
  • Las relaciones familiares generan sufrimiento o malestar.

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